«Hay que tenerle miedo a los callados”. Este es un viejo dicho, y algunas personas están de acuerdo con él.
A veces sientes que estás gritando, pero todavía no te escuchan
¿Te ha pasado?
A los callados nos encuentran aburridos
Aunque parezca difícil de creer, la mayoría de nosotros tendemos a ser muy aburridos, porque pocas personas pueden iniciar con éxito una buena conversación. La mayoría de nosotros tendemos a incluir preguntas triviales y superficiales en nuestras conversaciones, y es por esta razón que las personas inteligentes se dan cuenta de que no obtendrán nada de este tipo de conversación.
En general, la seguridad tiene que ver con la sutileza y la calma. Es por esto que cuanto más tranquila toma una persona cualquier tipo de decisión, más asertivo puede ser con ella, que suele ser la principal característica de una persona inteligente.
No necesitas ser el centro de atención
Es fácil ponerse nervioso y querer saltar al ring. Sin embargo, es importante que se tome su tiempo y conozca a las personas en la sala. Deje que el anfitrión o la anfitriona hablen la mayor parte del tiempo primero. Más tarde, podrás hablar más sobre ti. No querrás estar demasiado ansioso. Sea consciente de su lenguaje corporal. Mantenga el contacto visual, sonría y siéntese derecho. Estas cosas te ayudarán a proyectarte mejor y causar una buena impresión.
Todo lo bueno debe llegar a su fin, incluida la atención que estás recibiendo actualmente. Después de que se haya ido el centro de atención, retírese a un lado. Es posible que desee excusarse para ir al baño o tomar un trago de agua. No solo te da un respiro, sino que también ayuda a otras personas a conocerse mejor.
Si tienes más tiempo para pensar, mejor.
Donde hay un problema hay que estar completamente tranquilo para aceptar el mencionado. Esta es la razón por la cual las personas tranquilas hacen que el tiempo para pensar sea más eficiente.
Hay personas que están acostumbradas a mucho ruido, pero el silencio es una prioridad para estas personas, les relaja y están en su zona de confort.