Tímido. ¿Qué porcentaje de personas son tímidas? ¿Es normal ser tímido o hay algo extraño? ¿Deberías preocuparte si te sientes muy tímido? A menudo, en el asesoramiento o en situaciones sociales, escucho personas que se definen como tímidas, introvertidas o «bastante introvertidas». Personas que experimentan malestar, inseguridad o autocrítica en situaciones sociales. Esto les hace pensar que carecen de habilidades sociales. Es una experiencia de observación bastante común que me dice cuántas personas se ven a sí mismas de esta manera. Por cierto, entre ellos también estoy incluido en ciertos contextos.
Lo primero que llama la atención cuando estas frente a alguien que se define como tímido es la riqueza de su mundo interior y su imaginación. Son personas que pasan el tiempo del día inmersas en su fantasía, lo que nutre su capacidad de imaginar y crear. Me da curiosidad y me pregunto cómo será vivir dentro de su cabeza. ¿Cuántas cosas pueden imaginar? ¿Cómo están tus pensamientos?
Motivos para ser una persona tímida
La timidez es un rasgo que vive en todos nosotros. En algunas personas es casi imperceptible. En otros, se vuelve más prominente y les dificulta llevar una vida social sana y fluida. La adolescencia es una época en la que la timidez aumenta y lleva al sujeto que la padece a evitar el contacto con otras personas.
Hay muchas razones por las que la timidez está más presente en esta etapa. Podemos destacar los siguientes.
Causas de la timidez
Se pueden agrupar en cuatro cabezas principales: genética, conducta aprendida, malas experiencias y problemas de confianza en uno mismo.
La herencia genética es decisiva en muchos casos de timidez. Hay investigaciones que han encontrado que la timidez se encuentra en niños menores de un año, por lo que muchos especialistas se enfrentan a la teoría de que la timidez puede provenir de genes heredados de los padres.
La relación entre las emociones de una persona tímida
Desafortunadamente, las personas tímidas pueden llevar una amplia gama de emociones y sentimientos desagradables como compañeros de viaje. Sin embargo, el miedo y la vergüenza parecen ser los elementos principales en los escenarios sociales.
En este caso no estamos hablando del miedo de supervivencia que nos dice que huyamos si vemos venir un león, sino de un miedo irracional que siempre se activa por la sensación de ser juzgado o rechazado. Esto crea un estado de hipervigilancia ante las señales de rechazo que nos hace percibir con mucha más facilidad las reacciones negativas del entorno.