Paradójicamente, en un mundo cada vez más conectado, a muchas personas les resulta más difícil hacer amigos. La amistad es el vínculo estrecho entre dos personas o un grupo. Esto suele basarse en sentimientos como el afecto, el respeto, la lealtad o la compasión. Es una de las relaciones más importantes que pueden existir, y por tanto es un elemento fundamental para desarrollar una vida plena y plena.
En consecuencia, cuando una persona tiene dificultad para hacer amigos, su bienestar emocional se ve muy afectado. En estos casos suelen presentarse problemas como depresión, baja autoestima, miedo, etc. Por esta razón, es necesario buscar formas de fortalecer las relaciones de amistad.
Cómo lidiar con tu incertidumbre y la sensación de que nadie es importante para ti
- Meditación. ¿Por qué siento esto? ¿Qué es lo que a nadie le importa? ¿Siempre pasa algo en tu persona o en tu vida que te hace sentir así? Se honesto.
- Analiza la verdad de esos sentimientos. Acepta que has generado esta realidad en tu mente, llevándote a una actitud o comportamiento defensivo.
- Cambios. Tal vez necesites algunas modificaciones en tu vida que eviten esa soledad o falta de relaciones interpersonales. A través de las nuevas tecnologías es posible conocer gente que tiene los mismos gustos que tú. Descubre aficiones que hasta ahora desconocías y dedica más tiempo a las cosas que te hacen sentir bien.
- Analiza a los que te rodean. Mereces ser respetado, cuidado y amado. Si tu círculo íntimo no te hace sentir como tal, tal vez sea el momento de tomar decisiones y rodearte de los demás.
- A pesar de tus cualidades, también tienes que aceptar tus defectos.
- No te aísles por completo (no pases demasiado tiempo sin interactuar con los demás), pero al mismo tiempo aprende a ser tú mismo. Tu seguridad no puede depender de las personas que te rodean. No necesita la aprobación de los demás.
- Haz actividades en grupo. Esto te ayudará a mejorar tus relaciones sociales. Apúntate a cosas que te gustan o has dejado de lado: teatro, escalada, pintura, cine, deportes…
- Cuidado con los autoengaños. Puede que atravieses una fase difícil (en el trabajo, en pareja…) y te encuentres más débil o más vulnerable, es común que esos pensamientos te hagan ver que no estás destinado a serlo.
- Enfócate en tu autoestima. Es lo más importante. Si no te amas a ti mismo, no podrás sentirte amado.
- Cuida tus relaciones. Así como quieres sentirte amado y cuidado, debes preocuparte por los demás. Aplícalo en todos los ámbitos de tu vida: pareja, hijos, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.
- Trabajo sobre los lazos familiares. La familia es el pilar básico sobre el que debes apoyarte. Aprende a expresar tus sentimientos e inquietudes sin miedo, sin vergüenza. Confía en ellos y acude a terapia psicológica si necesitas ayuda para destrabar situaciones complicadas o para mejorar la comunicación con tus seres queridos. En Siquia puedes probar una sesión gratuita con un psicólogo online.
- No te culpes si no tienes pareja, un familiar o un amigo a lo largo de los años. No tienes que tener la culpa.
- No te compares. Miras a otras personas y ves lo buenos que son con todos, pero no es la realidad. Los analizas de forma externa. No sabes si son felices, si tienen toda esa gente a la hora de la verdad…
Cada uno tiene sus problemas, sus miedos, sus debilidades. No te avergüences de dejar entrar la cabeza. Si no puedes con la carga emocional que llevas en la espalda, es el momento de pedir ayuda a un psicólogo online. El equipo de terapeutas colegiados de Siquia te ayudará a identificar y resolver aquellas dificultades psicológicas que no dejan lugar en tu mente a otra frase que no sea «nadie se preocupa por mí».
Cambios menores a un entorno ya conocido.
Cuando experimentamos los mismos sonidos, olores, personas de nuestro entorno… El simple hecho de que algo inesperado cambie puede producir malestar, nerviosismo y, por supuesto, fomentar la extrañeza y la irrealidad.
Recuerdo el caso de Juan, fue un día a la consulta y me dijo al poco de sentarme: “Me siento raro, ¿has cambiado algo en la consulta?”. Se sentía incómodo y no le gustaba sentirse así. Media hora después se dio cuenta de que la computadora que funcionaba normalmente y tenía un ventilador bastante ruidoso ese día estaba apagada. Resultó que el cambio en los sentimientos relacionados con esa pregunta fue suficiente para que no se realizara. Esta vez no se inició una cadena de miedo, pero lo cierto es que al sumarse varias situaciones similares, la probabilidad de una crisis de ansiedad aumentaba considerablemente.
La ansiedad hace que la mente esté más alerta. Somos más capaces de detectar la sensación de calor o frío, notar variaciones en la luz o prestar atención a las sensaciones que ocurren dentro del cuerpo (propiocepción).
Por eso, es fácil que la persona pase de ser parte de la situación que está sufriendo, a ser espectadora y no protagonista de lo que está viviendo. Sientes que no eres parte de lo que está sucediendo. Esto en sí mismo es la razón fundamental por la que ocurre la experiencia despersonalizada.
Depresión que no puedes ver, pero está ahí
Si has estado pensando por un tiempo «¿por qué siento que nadie se preocupa por mí?» Tal vez usted está lidiando con la depresión. Sin embargo, las personas no siempre somos conscientes de ello, nos familiarizamos con el sufrimiento y hacemos sarna. Esas emociones cargadas de frustración, tristeza, amargura y soledad las arrastramos al silencio durante meses sin actuar.
Es importante conocer los síntomas de la depresión, para dar el paso y buscar ayuda profesional: