Durante la infancia, los niños aprenden a desarrollar diferentes habilidades, una de estas habilidades es el lenguaje. Sin embargo, existe un porcentaje de niños que, tras adquirir esta habilidad, presentan lo que se conoce como dificultades en la fluidez del habla o disfemia.
La disfemia es un trastorno del habla caracterizado por la repetición frecuente o el alargamiento de sonidos, sílabas o palabras o por vacilaciones o pausas que interrumpen el flujo rítmico del habla, (ICD-10, Clasificación Asociación Internacional de Trastornos Mentales del Habla y del Comportamiento -O.M.S.). El origen o causa es desconocido y multifactorial.
Los estadounidenses hablan claramente
Algunos estadounidenses con tartamudeo severo o patología del habla superan sus dificultades hablando con acento británico, o subiendo o bajando la voz, dice Preston.
?Cuando hablas de una manera que es fuera de lo común para ti, cambias tu atención de lo que dices a cómo lo dices.? Este cambio de enfoque ayuda a prevenir el mareo por movimiento, dice.
Cómo proyectar tu voz para hablar alto
Hay dos formas en las que la gente te escuchará; Proyectar la voz o hablar en voz alta, los dos son diferentes. Hablar alto o muy alto puede significar éxito, y si haces que tu voz se escuche, todos pueden escucharte. Proyectar la voz es lo mismo que dibujarla, con un tono de voz grave. Se retira el diafragma de la garganta y la voz proyectada proviene de empujar la voz desde el pecho, lo que se logra entonces es un poco de efecto embudo.
Si pones un teléfono móvil en un vaso hondo y pones música, será mucho más fuerte porque tiene un efecto de altavoz. Si te acostumbras a hablar en voz alta empujando con los pulmones y el pecho, la fuerza viene de allí, sube a toda velocidad a tu garganta y sale mucho más poderosa y clara.
Cuanto mejor lo sepas, más fácil te resultará hablar en público con soltura
Si es un tema que dominas, mucho mejor. Además, practica en voz alta y muéstrate haciendo el discurso. La visualización, según estudios realizados con deportistas, funciona, en gran medida, como el entrenamiento.
Respira, mira tus notas, bebe agua y ríe. Luego reanude su discurso a un ritmo lento. Verás como enseguida todo vuelve a fluir.
Lee en voz alta sin miedo
Con esto te acostumbrarás a la pronunciación de las palabras. Mientras lees, concéntrate en la pronunciación de cada sílaba en cada palabra.
Comienza con un tema que conozcas bien para acostumbrarte a leer en voz alta. Luego, elige algo que no hayas leído antes.