En septiembre los niños y niñas vuelven al colegio, vuelven a sus estudios y también al reencuentro con sus compañeros. “Verás a tus amigos de nuevo. Puedes contarles lo que has estado haciendo durante las vacaciones” esta es una de las principales razones por las que los padres tratan a sus hijos cuando la escuela, en sí misma, no los motiva. Pero, ¿les pasa algo a esos niños que no tienen amigos? Muchos padres a menudo se preguntan si su hijo es retraído, si tiene suficientes amigos o si los necesita. Amigos: ¿son necesarios? Depende Si un niño vive en un entorno remoto, por ejemplo en un pueblo con una población muy pequeña, algunas relaciones pueden ser suficientes. Sin embargo, bajo estas circunstancias, muchas otras cosas en la vida del niño serían diferentes. Es posible que tuvieran que ayudar a su familia en actividades productivas (cuidar de los animales, ayudar en las tareas del campo o en el negocio familiar) y que asumieran un mayor número de responsabilidades. Así, a pesar de no tener muchos amigos, estos niños tendrían una experiencia diaria que les daría una identidad positiva, sentido de pertenencia y control. Si estas actividades mantienen al niño distraído y le sumamos el apoyo de amigos y relaciones familiares, es poco probable que se sienta solo. En la vida urbana actual, los niños pueden pasar mucho tiempo solos porque sus padres trabajan, porque viven lejos de su escuela o porque su residencia no tiene un espacio donde el contacto social del niño sea fácilmente accesible. Cuando los niños tienen tiempo libre y no tienen actividades para hacer durante este tiempo, pueden sentirse solos. A pesar de que las nuevas tecnologías permiten estar fuera de casa y sentir que los amigos están cerca, no reemplazan el contacto real con otras personas. No brindan los mismos beneficios. Estos niños forman parte de una red social donde tendrán que interactuar constantemente con los demás. Pero si antes no pudieron formarse a través de relaciones amistosas, ¿cómo podrán adaptarse al mundo social? ¿Cuántos amigos son necesarios? No hay un número mágico de amigos que debas tener. Esto dependerá del estado de ánimo de nuestro hijo o hija. La necesidad de contacto social es un continuo de extroversión a introversión. En un extremo tendríamos a las personas extrovertidas, aquellas que tienen una fuerte necesidad de realizar actividades donde se produzca contacto social. En el otro punto encontramos a las personas introvertidas, es decir, aquellas que tienen poca necesidad de contacto social. Las personas introvertidas no son socialmente tímidas ni tímidas. En pocas palabras, tienen menos necesidad de contacto, necesitan convertirlo en «su propio espacio» de alguna manera. Las personas pueden estar en diferentes puntos del continuo extraversión-introversión. Los niños y niñas que tienden a ser extrovertidos necesitarán más amigos con quienes realizar actividades a diario. La falta de este tipo de actividades puede crear una sensación de soledad. Aunque aquellos niños que suelen pelear estarán contentos con unos amigos o con verlos unas cuantas veces, sin que esto les cause molestias. Por tanto, el número de amigos necesarios depende de cómo sea el niño en cuestión. Es saludable tener muchos amigos y pocos mientras el niño sea feliz. Pero si tenemos que ingresar un número mínimo sería 1, todos necesitamos tener al menos un mejor amigo para experimentar esas cosas que son exclusivas de una relación de amistad. La importancia de las relaciones de amistad Las relaciones de amistad tienen características únicas que las diferencian de las demás: son de naturaleza igualitaria y son íntimas. Esto significa que los niños pueden experimentar en sí mismos una amplia gama de emociones y valores, ya sean positivos (afecto, apoyo, cariño, lealtad, confianza) o negativos (persona, celos, ira, agresión). Conectar con amigos puede ayudar a corregir patrones de conducta o estrategias inadecuadas que puedan darse en la vida familiar (dependencia excesiva, comportamiento caprichoso, etc.). Además, los amigos amplían la cosmovisión de los niños y niñas al tener diferencias de opiniones, gustos y estilos de vida. Cómo construir relaciones amistosas Muchas veces nos encontramos con chicos o chicas que quieren tener más amigos pero no son capaces de hacerlo. Estos niños no han desarrollado tantas habilidades como sus compañeros y son más «torpes» a la hora de socializar. Su forma de relacionarse puede ser demasiado tosca, puede que no sepa sugerir actividades o puede que no encuentre amigos con las mismas aficiones. En estos casos, el papel de la familia es crucial para mejorar las relaciones sociales: se deben generar oportunidades. En general, debemos brindarle al niño acceso a las relaciones con sus compañeros tanto como sea posible. Si necesitamos añadir más oportunidades podemos: – Viajes con familiares con niños. Si encontramos que un niño no es capaz de relacionarse con los demás con éxito, tenemos que ver qué sucede. Un viaje en familia puede brindarnos el contexto perfecto para averiguar cuáles son los problemas o cuestiones y cuándo ocurren. ¿Te enojas fácilmente? ¿No poder seguir las reglas del juego? ¿Otros lo ignoran? ¿Se impone demasiado? – Modelado de respuestas sociales. Aunque hay niños a los que puedes elegir un momento tranquilo para hablar de cómo se sienten en relación con los demás, suelen ser reacios a admitir errores o tienen dificultad para identificar problemas. Por eso, puede ser útil utilizar una historia, una película o un dibujo para hablar de las relaciones sociales y mostrar modelos a seguir exitosos. – Meriendas con amigos. Organizar una merienda en casa es una gran actividad para fortalecer las relaciones sociales de los niños. Es un contexto en el que la familia puede intervenir si el niño necesita ayuda. La familia puede fomentar la interacción a través de juegos y retirarse cuando el niño se sienta más seguro. También puede prevenir la aparición de conflictos o resolverlos. – Dormir. Esta actividad crea una gran oportunidad para desarrollar relaciones sociales cuando los niños son mayores o están cerca de la adolescencia. Esta actividad fomenta una relación de amistad. – Actividades extracurriculares. Esta puede ser la solución cuando los problemas que identificamos son que nuestro hijo o hija tiene dificultades relacionadas con sus intereses. Algunos niños tienen intereses que no son compartidos por su grupo normativo. Ya sea porque la madurez del niño o niña en cuestión es diferente a la de su grupo, por aprendizaje o estilo de personalidad, la falta de intereses comunes puede aumentar los sentimientos de soledad, inadecuación e incomprensión. Las actividades extracurriculares pueden ser un gran lugar para reunir a un grupo de personas de ideas afines con intereses similares. – Actividades en el barrio o en la ciudad. Un simple viaje por el barrio donde vivimos o por el centro de la ciudad puede generar oportunidades para que el niño interactúe con sus compañeros. Podemos salir a caminar, visitar un museo, ver un espectáculo urbano o cualquier actividad que se nos ocurra. Mientras aumentemos las posibilidades de socializar con sus compañeros, habrá más posibilidades de hacer amigos. Psicóloga Sanitaria Mónica Valverde Salgado. Codirectora de Valpe Psicólogos
Puedes consultar otros artículos en nuestra sección de Psicología Infantil y Familiar.
La amistad en la adolescencia
En ese momento, la amistad se convierte en el pilar principal y las opiniones de los amigos tendrán más peso que lo que digan sus padres (Reconozco que tengo que prepararme mentalmente para eso todavía ). Durante la adolescencia experimentarán cambios físicos y emocionales. Y es cuando se va confirmando la identidad de las personas que serán de adultos.
Hasta los 14 años aproximadamente, las relaciones se basan en pequeños grupos, generalmente del mismo sexo, con un interés común. La amistad ofrece principalmente diversión, pero también compasión y comprensión. A partir de esa edad comienzan las primeras relaciones de pareja y los grupos serán más mixtos, con personas del sexo opuesto. Los amigos se eligen en función de características, intereses y valores similares.
¿Qué papel juegan los amigos imaginarios en la infancia?
El amigo imaginario puede realizar varias funciones, entre ellas:
- Favorece la independencia del niño, de esta forma el menor pierde el miedo a realizar actividades solo, pues la presencia de su amigo imaginario lo reconforta.
- El amigo imaginario puede animar al niño a tener más confianza en sí mismo.
- Puede promover la tolerancia del niño a la soledad. Cuando el pequeño se siente con su amigo imaginario, aprende a estar sin la presencia de los adultos.
- Ayuda a desarrollar diferentes habilidades como la creatividad, la imaginación y las habilidades sociales.
Con amigos de la infancia aprendimos lo que es la confianza
La confianza es algo que se aprende en la infancia. Es con los amigos de la infancia que aprendemos no solo a confiar, sino a demostrar que somos dignos de confianza y que descubrimos la responsabilidad que tienes con alguien en quien confías.
Los amigos de la infancia son los primeros que nos cubren las espaldas, con los que formamos los primeros equipos, con los que contamos los primeros secretos y con los que compartimos la duda que nos avergonzaba…