Por que cada vez tengo menos amigos

Escrito por Fina Kuggen

Socióloga y divulgadora

Paradójicamente, en un mundo cada vez más conectado, a muchas personas les resulta más difícil hacer amigos. La amistad es el vínculo estrecho entre dos personas o un grupo. Esto suele basarse en sentimientos como el afecto, el respeto, la lealtad o la compasión. Es una de las relaciones más importantes que pueden existir, y por tanto es un elemento fundamental para desarrollar una vida plena y plena.

En consecuencia, cuando una persona tiene dificultad para hacer amigos, su bienestar emocional se ve muy afectado. En estos casos suelen presentarse problemas como depresión, baja autoestima, miedo, etc. Por esta razón, es necesario buscar formas de fortalecer las relaciones de amistad.

Encuentra aquello en lo que estás de acuerdo (lo más simple posible)

Cuando compartes algo más personal sobre ti, o al mismo tiempo, tu objetivo es encontrar similitudes, porque conectamos mejor con aquellos que creemos que son más como nosotros.

Pero en este caso la cantidad es mejor que la calidad; la clave es cuántas similitudes puedes encontrar, no cuáles en particular.

Supera tus inseguridades

Deja a un lado tus miedos, no te critiques, no digas que nadie quiere estar contigo… porque esas afirmaciones hacen que la gente se aleje de tu lado. Si te sientes inseguro, necesitas trabajar en este aspecto por ti mismo. La confianza en uno mismo atrae y permite que los demás se acerquen.

Acude a un psicólogo si es necesario que te permita recuperar esa confianza en ti mismo. Convéncete de que eres valioso, que quieres socializar y que eres una persona muy interesante. Seguro que tienes cualidades de las que te sientes muy orgulloso. Así que concéntrate en ellos.

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Amistades virtuales y polarización

Comentando el estudio estadounidense, Damon Linker señala en The Week que la disminución en el número de amigos en este país brinda «una sociología poderosa (aunque (probablemente solo una parte) ) explicación de por qué nuestra política se ha vuelto mucho más polarizada en los últimos años».

Según Linker, la interacción física durante la conversación cara a cara limita la tendencia general de nuestra mente a «filtrar» las ideas, teorías y prejuicios que alimentan nuestra imaginación, y nos conducen con demasiada frecuencia. para confirmar acríticamente nuestros puntos de vista, o incluso absorberlos. Por otro lado, la polarización encuentra terreno fértil en las redes sociales, ya que falta el freno del «uno a uno». Refiriéndose a Hanna Arendt, el autor recuerda que los regímenes totalitarios europeos se vieron facilitados por «la soledad convertida en una experiencia cotidiana».