Debes saber distinguir entre las personas para las que eres importante y las que no lo son. Si alguien no está interesado en ti, cuando esté contigo solo buscará su propio interés personal.
Si eres madre o has sido madre, sabrás que hay un momento determinado en su vida en el que dejan de buscarte para que les resuelvas todo, esta es la fase de maduración, de aprender a Se independiente. Y aunque siempre necesitarás a los niños, aquí estamos hablando de amigos y amigas; una amistad que poco a poco va tomando rumbos diferentes. A veces hay que reconocer que la amistad que se tiene con alguien no es la misma que en el pasado. La vida sigue, hay que saber soltar.
Suelta, aprende a soltar.
El cambio es una constante en la vida. Nosotros cambiamos, nuestro entorno cambia y también nuestras relaciones. Algunos eventualmente desaparecen, mientras que otros se vuelven más fuertes. Lo más importante es saber reconocer el momento de «dejar ir», y no apegarse a las cosas que ya no funcionan, solo por el miedo a la pérdida. Es necesario despojarse de muchos apegos, llenar nuestra vida de nuevas experiencias, personas, cosas y momentos. Y en este post conoceremos algunas claves que nos ayudarán en esta compleja tarea.
Dejar ir significa dejar ir, soltar, no apegarse a situaciones, cosas o personas que nos hacen daño, no nos dan calidad de vida o ya están dejadas… es aceptar el cambio en nuestra vive. Podemos pasar la experiencia de dejar ir como una pérdida emocional y/o material, pero debemos recordar que, muchas veces, más que una pérdida, significaría un enriquecimiento en nuestra vida. Por lo tanto, soltar es un proceso de cambio, liberación y aceptación de la realidad.
No está contento con tus logros
Cuando un amigo no está contento con todos tus logros, entiéndelo, no te está animando ni sintiendo bien por verte crecer. Su ego y sus celos hablan por sí solos y solo busca derribar tus logros. Eso absorbe mucha energía porque en lugar de estar a gusto contigo mismo y con las cosas que haces, terminas sintiéndote inseguro.
Recortar las alas de algo casi: sí, las que le pones tú
Dejando de lado las etiquetas como «chico» o «pocos» Según el psicólogo estadounidense John Gottman, enamorarse o enamorarse es el primer paso para construir un vínculo amoroso. En su guía práctica para superar las adicciones, el psicólogo argentino especialista en terapia cognitiva, Walter Riso, destaca que este primer paso afecta mucho a todo tu cuerpo en una experiencia muy implicada, pero que nos nubla el juicio. Gottman señala que tenemos pocos criterios para identificar banderas rojas o características de la otra persona que causarán conflicto, y Riso menciona el idealismo.
Cuando nos encontramos en una situación de «no sé lo que somos», muchas veces sucede que los límites de esa relación no quedan claros a través del diálogo, entonces existe el elemento típico de un vínculo amoroso “formal” o tradicional, como el compromiso, es difuso, este componente muchas veces implica que se definan otros aspectos de la propia vida, como el tiempo y los recursos a invertir o cómo se establecerá esa lealtad. trabajo, más allá de los límites de las circunstancias y de la persona; es de este compromiso que surge lo que Gottman describe como la segunda etapa del amor, donde se concentran la mayoría de las discusiones y los malos recuerdos, lo cual es fundamental en el proceso de desidealización que se vive. típico de la etapa que Riso llamaría amor maduro.