Cómo ser parte de un grupo de amigos

Escrito por Fina Kuggen

Socióloga y divulgadora

La psicología social muestra que las amistades se construyen sobre la similitud y la proximidad. Y en base a eso, ha llegado a las siguientes conclusiones:

En un estudio realizado en una academia de policía, los investigadores encontraron algo sorprendente. La mayoría de los grupos de amigos tenían una cosa en común: la inicial de su apellido.

Cómo afecta a la identidad de la propia Persona

A medida que el individuo crece, amplía los grupos con los que se siente unido. Entonces, cuando somos muy jóvenes, la familia es el primer grupo al que pertenecemos. Posteriormente, en la fase de escolarización, los grupos de amigos, el sentimiento de pertenencia al colegio, los grupos deportivos o determinadas aficiones construyen la propia identidad del niño.

Dependiendo de cómo nos vean los demás, el cariño que nos den, los mensajes que recibamos de ellos, harán que nos veamos a nosotros mismos de una determinada manera. Tendremos lo que se llama un autoconcepto de nosotros mismos.

Evite preguntas demasiado personales

Cuando esté cerca de un grupo de personas nuevas, su primer instinto podría ser hacer preguntas básicas para conocerlas. No siempre aceptarán esto. Los grupos establecidos ya conocen las historias de fondo de los demás. Cuando están juntos, hablan de otros temas…

Puede que a los miembros del grupo no les importe que les pregunten sobre ellos. Quieren hablar con todos sus amigos, lo cual es más divertido y cómodo. Quieren que te unas a la discusión y contribuyas como si también conocieras a todos. Todavía pueden tener una buena idea de cómo eres (qué tan extrovertido eres, cuál es tu sentido del humor, cuáles son tus opiniones, qué divertido eres, etc.).

Conexión versus individualización

Es hora de reflexionar sobre el proceso actual de individualización como forma de organización social. Esto es algo que vemos a diario. Pensemos también en los ancianos. El aislamiento aumenta los sentimientos de desesperanza y empeora la salud. Es hora de favorecer mecanismos para que los diferentes grupos de población tengan una mejor conexión entre sí.

Por ejemplo, organizar dinámicas a nivel comunitario es una buena manera de facilitar estas reuniones tan necesarias para que las personas puedan socializar y crear nuevas conexiones. Nosotros también, como nuestros adolescentes, necesitamos encontrar mecanismos para encontrar nuevas personas con las que podamos compartir pasiones, actividades, metas y proyectos de futuro.

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Cómo afrontarlo: aplicando habilidades sociales

Existen diferentes técnicas que podemos aplicar para salir de situaciones en las que nos enfrentamos a la presión del grupo. Aquí te sugerimos algunas:

  1. Técnica disco rayado. El propósito de esta técnica es ser persistentes con nuestra intención, especialmente cuando estamos ante una persona muy dura que nos hace defendernos o poner excusas (por ejemplo, un amigo que te presiona para faltar a clase). En este caso, repetiremos la misma frase hasta que nuestra posición quede clara, sin miedo a resultar molesto. Un truco muy útil es expresar primero nuestro entendimiento (“Entiendo que eres, entiendo que eres…”) y luego nuestra opinión (“No quiero… quiero…”).
  2. Técnica de banco de niebla. Nos puede ayudar sobre todo a salir de situaciones embarazosas o donde la otra persona busca un conflicto, cuando queremos posponer o enfriar la discusión. Se trata de encontrar un aspecto de su discurso con el que estemos de acuerdo y coincidamos. No debemos usar la ironía o tratar de defendernos. De esta forma, conseguimos crear confusión en el otro. Por ejemplo: –
    • Estamos cansados, últimamente siempre vas con otro grupo.
    • Entiendo que te molestes si piensas que pongo a los demás primero.
  3. Técnica del sándwich. Esta técnica se puede utilizar cuando queremos criticar. Para hacerlo bien, podemos imaginarnos un bocadillo, en el que la parte de arriba del pan serán aspectos positivos de la persona y el interior será negativo. De esta forma, comenzaremos nuestro discurso con algo que nos gustó de la persona, continuaremos pidiendo el cambio de conducta que deseamos y terminaremos con otro mensaje positivo o sugerencia. Por ejemplo, cuando nuestro grupo de amigos siempre hace los mismos planes, podríamos decir: “Me lo paso muy bien festejando contigo, pero quiero probar nuevos planes algún día. Seguro que juntos podemos pensar en algo chulo y diferente para este fin de semana.